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Conversando con… Óscar Menéndez

Hoy conversamos con Óscar Menéndez. Divulgador científico con más de veinte años de carrera, ha sido colaborador habitual de prácticamente todos lo medios especializados en la información científica y tecnológica. Está especializado en la realización de exposiciones interactivas de divulgación y ha colaborado con los grandes museos de ciencia españoles. Presenta además el programa de debate A2 en Indagando TV y ha escrito libros como «¿Están seguros de que hace millones de años éramos simios?» y «Bajo la estirpe de Hypatia«.

Mediamusea: ¿Óscar, qué posibilidades ofrecen hoy los nuevos medios a la hora de divulgar la ciencia?

Óscar Menéndez: Los nuevos medios permiten que divulgar ciencia sea ahora mil veces más fácil de lo que ha sido nunca. Ahora bien, la dificultad para que esos nuevos medios obtengan beneficios se ha convertido en un problema. A ello se suma que los medios convencionales están inmersos en una grave crisis, por lo que ahora nos encontramos con la paradoja de que comunicar es más fácil que nunca pero ganar dinero con ello parece cada vez más difícil.

MM: Los museos de ciencia se han caracterizado por ser los museos más abiertos y participativos, sin embargo les ha costado más entrar en redes sociales que otros museos más tradicionales, ¿a qué crees que se ha debido?

OM: Los museos de ciencia sin colecciones necesitaban de la tecnología. Querían contar cosas, pero no tenían piezas con que hacerlo y la tecnología se convirtió en una aliada perfecta para ello. Es curioso lo que dices, porque los museos de ciencia han dado mayoritariamente la espalda a las redes sociales, de eso no cabe duda. Por otra parte, es vergonzosa la precariedad por la que pasan la mayoría de los centros de divulgación en toda España. Al debacle económico de los museos de ciencia se ha unido la cerrazón: muchos museos de ciencia tienen o al menos tenían censuradas las redes sociales dentro de sus centros. Las administraciones públicas todavía creen Facebook o Twitter son herramientas para perder el tiempo.

MM: ¿Qué consideras que busca el público cuando conecta con una institución científica a través de redes sociales?

OM: El público busca comunicación pero por general sólo encuentra información. Las redes sirven para dar información y también para recibirla, y esa interactividad es su principal fuerza. Pero muchas instituciones científicas sólo han visto la primera parte: utilizan las redes para contar cosas, pero están sordas para recibir lo que sus visitantes piensan de ellas.

MM: ¿Cómo crees que deben gestionarse los perfiles sociales de un museo y quién o quiénes deben encargarse de ello?

OM: Mi empresa, entre otras áreas de negocio, ofrece gestionar redes sociales. Aun a riesgo de tirar piedras contra el propio tejado de Explora Proyectos, creo que es mejor la solución de que las redes estén gestionadas por alguien de dentro, principalmente del departamento de comunicación. Pero puede salirles más rentable contratar a alguien externo. Esto vale para un museo y también para una revista, un centro de investigación o cualquier empresa. Además, creo que la situación idílica pasaría por un centro con un buen equipo de comunicación con experiencia en redes rodeado de un personal del museo que las utilice. Provocar la inmersión de todo el personal en las redes, desde el recepcionista a la dirección, pasando por los monitores, puede crear una experiencia de comunicación que roce la perfección. Aunque creo que este nirvana comunicativo todavía no se ha alcanzado en ningún centro, al menos de nuestro país.

MM: Códigos bidimensionales, realidad aumentada, aplicaciones móviles… ¿elementos necesarios o accesorios?

OM: Hoy por hoy no creo que se pueda decir que son estrictamente necesarios. Pero tampoco se podrían considerar como accesorios. Son herramientas muy útiles. Aunque no podemos olvidarnos de su coste: mientras los códigos bidimensional son tan baratos que es imprescindible recomendar su uso, las otras dos herramientas que mencionas, la realidad aumentada y las aplicaciones, son más caras y en su caso la utilización tendría que realizarse dentro de una economía de escala.

MM: En la museografía de una exposición, ¿qué papel juegan los medios tecnológicos?

OM: Los museos de ciencia tienen la obligación de hacer sentir, de convertirse en auténticas experiencias. Si buscas eso, es inevitable utilizar medios tecnológicos que lo permitan. Una simple aplicación táctil permite dar mucha más información que decenas de paneles convencionales, pero no hay que quedarse en eso. Podemos crear máquinas que interactúen con el visitante de mil maneras, desde el simple plano visual hasta la parte más sensitiva, que incluye sonido, olores, etc.

MM: ¿Se puede trabajar en innovación en época de crisis y en un momento como el actual en el que hay grandes recortes?

OM: Es difícil, muy difícil. Estamos en un momento de pura supervivencia, pero también es época para aguzar el ingenio y estar preparado para lo que vendrá.

MM: Por último, ¿qué hay que hacer para conseguir una comunicación efectiva con el público a través de Internet?

OM: La comunicación exige dos partes, un emisor y un receptor. Pensar que puedes estar en internet sólo para contar cosas implica que te pierdes la parte más interesante de la red. Muchas personas e instituciones todavía no se han dado cuenta, como decía antes, de que la principal ventaja de la red 2.0 es que podemos escuchar. La palabra principal es, por lo tanto, escuchar, tanto a nuestros clientes, usuarios o visitantes como a nuestros colegas. Y aprender de ello.

¡Muchas gracias por tus respuestas, Óscar!

5 comentarios Escribe un comentario
  1. cristina #

    Muy interesante y locuaz las respuestas de Oscar. Me gustaría puntualizar que los museos de ciencia, ya sea de historia natural, como los centros de ciencia, algunos de ellos ya hace tiempo que están presentes en las redes sociales. Pero no se hacen oir tanto como los museos de arte, como también es cierto que el número de visitantes es superior en estos uñtimos. Desgraciadamente la ciencia no «vende» ni se hace oir tanto como el arte, y muchas veces el buen diálogo que mantienen los museos de ciencia se ve «escondido» y/o disimulando por los grandes de arte, que muchas veces lo único que hacen es «mechandising» y muy poco diálogo. Creo que algunos de estos últimos, sólo son «celebrities», con el único afán de obtener muchos seguidores. Si no, basta con ojear el equilibrio inexistente entre seguidores y gente a la que sigue en sus cuentas de twitter.

    2, noviembre, 2011
  2. Gracias, Sole, por la entrevista.
    Y gracias a Txema y a cristina también.

    2, noviembre, 2011
  3. Pilar Gonzalo #

    Coincido en parte con la visión de Cristina sobre las diferencias de atractivo social existentes entre los museos científicos y los artísticos. Pero precisamente por eso, creo que los museos científicos aquí y en otros países se la han tenido que ganar más duramente. Por eso sus resultados suelen ser a día de hoy mucho mejores.

    Para no enrollarme demasiado argumentando, os dejo este artículo que escribí hace unos meses sobre los museos científicos coruñeses:
    http://pilargonzalo.wordpress.com/2011/06/21/mc2-lecciones-20-de-ciencia-social/

    2, noviembre, 2011
  4. Por cierto, que he insistido sobre el asunto de esta entrevista, aunque con algo más de refuerzo positivo, en el blog de la Asociación Española de Comunicación Científica:
    http://aecomunicacioncientifica.org/es/el-blog-de-la-aecc/99618.html

    8, noviembre, 2011

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