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Entradas de la Categoría ‘Difusión’

Exposición participativa e interactiva

Actualmente existen muchas posibilidades para crear exposiciones, desde las más clásicas y contemplativas, adaptadas a un modelo de público y de colección, hasta nuevas fórmulas que hacen que el visitante sea parte activa de la muestra. La utilización de museografía interactiva ha permitido que el público tenga posibilidad de decidir aquello que quiere ver, pero hacer que una exposición sea participativa va más allá de usar simplemente algunos módulos interactivos y supone conceptualizarla de manera distinta.

Un ejemplo de ello es la propuesta expositiva que presenta el Museo del Instituto Catalán de Paleontología que tiene como fin que el visitante no sea un mero espectador, sino que se convierta en el protagonista de la visita. A modo de investigador, el público vive la muestra conociendo de primera mano y, como si de un juego se tratase, las distintas fases del trabajo de un palentólogo.

La dinámica comienza con la asignación a cada visitante de una tarjeta magnética con un caso de estudio a elegir entre cuatro, versando cada uno de ellos sobre piezas reales del museo. Las pantallas táctiles le ayudarán a deducir qué pieza es la que ha «encontrado», comenzando así el viaje por las cinco áreas en las que se encuentra dividido el espacio expositivo: la de excavación, preparación del fósil, investigación, publicación y difusión de los resultados. En cada una de ellas el público conocerá de manera inmersiva e interactiva un aspecto de la paleontología.

Cada área tiene dos pantallas táctiles que contienen  juegos didácticos interactivos, gráficos, localizaciones reales y vídeos explicativos. La variedad de contenido permite que los usuarios no sólo desarrollen el juego de paleontología propuesto por el museo, sino que puedan ampliar la información en distintos formatos.

El cono de la experiencia atribuido a Begay y Dale afirma que sólo se recuerda un 10% de lo que se lee, con la comunicación multimedia se consigue retener hasta un 50%, pero el verdadero aprendizaje se consigue con la práctica y la interacción.

Exposiciones como éstas son pues un excelente recurso para facilitar al aprendizaje, útil para que los más jóvenes disfruten de los museos de manera diferente y divertida, pero con contenidos rigurosos y didácticos.

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Más información sobre este montaje museístico en el artículo  Learning About Palaeontology Through Interactive Games, de Carles Sora, y en la web del Instituto Catalán de Paleontologia.

Crowd Curation

Cuando se habla de que los museos y centros culturales asuman modelos más participativos supone hacer algo más que oír la opinión de los visitantes e implica hacer que en ocasiones puedan formar parte de los procesos del museo. Partiendo de esta idea, y ligado al fenómeno del crowdpower, surge el crowdcurating o comisariado colaborativo.

El Museo del Brooklyn empezó esta dinámica con Click, una exposición fotográfica en la que se apelaba a “la sabiduría de la multitud”. El proceso constó de tres parte: una convocatoria abierta para que diferentes artistas enviaran sus propuestas; una selección en la que el público y la comunidad on line del museo eligieron las obras; y una exposición en el museo. Todo el proceso estuvo acompañado de evaluciones para conocer cómo el público percibe una obra en función de su experiencia previa, un libro, una meetup en el museo, etc…

El resultado fue una colección de fotografías elegidas por 3.344 personas que emitieron 410,089 evaluaciones y 3.089 comentarios sobre las 389 imágenes que formaban parte de la convocatoria. La estadística completa se puede ver aquí.

La exposición fue puesta en entredicho por la crítica de arte, a lo que James Surowiecki, autor del aclamado libro The Wisdom of Crowds , contestó en el blog del Smithsonian diciendo que en la Historia del Arte siempre ha habido argumentos que desprestigiaban la opinión de la masa frente al saber de la élite, pero que Click “refleja el verdadero juicio colectivo de la multitud”.

Éste mismo museo probó de nuevo la experiencia con la exposición de pinturas indias Split Second .

Otros museos también ha realizado exposiciones colaborativas, como el Museo Smithsonian que en su muestra El Arte del Videojuego pidió que el público eligiera por votación los videjuegos que querían que estuvieran presentes en la exposición

El Museo Walker creó 50/50, una exposición que usaba como base su colección de papel y solicitaba a sus visitantes que la exploraran para elegir una parte de las piezas que formarían parte de la muestra. El resto sería elegido por un comisariado profesional, contraponíendose la mirada experta a la mirada de la audiencia.

Y no sólo en museos, los conservadores del Zoo de Houston eligieron junto a su público una nueva especie de primate para una de sus áreas, compartiendo a través de su blog todo la investigación que estaban realizando para seleccionar especímenes y solicitando ayuda para elegirlo colaborativamente. El objetivo era mostrar de manera práctica cómo se desarrolla este tipo de procesos.

En España empiezan también a surgir modelos de comisariado colectivo, en los que el público puede participar en el proceso. Un ejemplo de ello es la Biblioteca Nacional de España, que propone a su comunidad on line que colabore a través de Facebook proponiendo textos para su próxima exposición sobre libros de artista.

Otros centros no sólo piden que su público colabore eligiendo, sino que incluso favorecen que puedan enviar el material que formará parte de la muestra. Es el caso de Dona tu Neurona, proyecto de Museos Científicos Coruñeses en el que solicita a la comunidad escolar que participe en la creación de una exposición. También del proyecto Pantalla Global del CCCB, una plataforma virtual con varias líneas temáticas en las que el público puede participar enviando propuestas audiovisuales relacionadas. «Los agentes culturales ya no poseen el poder total, porque Internet ha proporcionado al individuo el medio y la posibilidad de ser actor y no solo espectador pasivo”, dijo el sociólogo Gilles Lipovetsky en la presentación del proyecto, definiendo bien la nueva situación en la que nos encontramos.

También Internet ha dado lugar a que se generen proyectos de comisariado múltiple, es el caso de la Exposición Expandida, que usa distintos blog para generar exposiciones on line con obras seleccionadas por diversos comisarios/blogger. Cada blog constituye una de las salas de la exposición en el que se reflexiona en torno al «leiv motiv» global -La Ciudad-.

Estos ejemplos muestran diferentes modelos para crear exposiciones colaborativas en las que el público pueda participar como protagonista.

La Revolución de los Museos

La revista TELOS de la Fundación Telefónica dedica su número 90 a la Revolución de los Museos, el cambio que ha tenido lugar como consecuencia del nuevo entorno tecnosocial en el cual nos encontramos y que ha generado una nueva forma de entender estas instituciones.

Marío Quijano, en la introducción a este dossier de la revista, afirma que «negar la evidencia de que los modelos tradicionales de marketing y comunicación se están quedando obsoletos sirve únicamente para alargar la agonía y perder progresivamente visitantes (reales o virtuales). Es necesario plantear nuevos discursos, contenidos, canales y modos de relación con los potenciales ‘amigos’ (…) No se puede dejar pasar el tren de las TIC. La supervivencia de estas instituciones, en muchos casos, dependerá de ello«.

José Nicolás del Río Castro reflexiona sobre los Museos de arte en la red, y nos dice que «El museo on line es digital: la obra se desmaterializa y el museo también; el museo on line es hipermedia: el visitante se convierte en comisario; y el museo on line es una tarjeta de visita del museo físico»

Por su parte, Agustín Martínez Peláez, Carlos Oliva Marañón y Ana María Rodríguez Rivas centran su discurso en un ejemplo concreto, el Museo Reina Sofia, y explican los modelos de Comunicación interna y externa y la forma de interactuar con un público virtual. «El mercado y el público demandan mucha más interacción, participación y personalización con el arte que tiempos atrás. Los museos deben encontrar nuevos caminos para mantenerse en el mundo digital y atraer a las generaciones futuras a través de los nuevos perfiles que deben demostrar sus profesionales en la comunicación intern

Pablo Castilla San Martín se adentra en el mundo de las Nuevas Tecnologías Expositivas y dice que las TIC «ofrecen nuevas formas de conseguir presentaciones dinámicas que involucren a los visitantes y les ofrezcan nuevas formas de interactuar con los objetos y exposiciones del museo: realidad virtual y aumentada, interactividad y elementos audiovisuales escenográficos»

Jaime Solano habla de las posibilidades de los sistemas móviles en el Museo en la palma de la mano. «La revolución de los contenidos interactivos, la personalización por audiencias y los dispositivos móviles han entrado con fuerza en los museos (…) El visitante utiliza la tecnología en su vida diaria, lee libros en tablets, usa teléfonos móviles de última generación, tiene conexión a Internet en el hogar y se mueve en redes sociales. No es de extrañar que esas nuevas tecnologías se estén demandando también en el ámbito cultural y artístico, en especial en los museos«.

Mayte Ortega Gallego muestra otra visión de cómo la tecnología revoluciona de los museos centrándose en analizar la Conservación del arte contemporáneo. «El uso de la tecnología está modificando las pautas de trabajo en los museos de arte contemporáneo hacia dos vías. Por un lado, con un mayor conocimiento de la misma, ya que forma parte de gran número de manifestaciones de arte contemporáneo; y por otro lado, como medio de conocimiento y estudio de obras en soporte tradicional sin apenas tocarlas para su posterior difusión».

Mónica Bello Bullano hare referencia a otro ejemplo concreto: VIDA, el Concurso Internacional Arte y Vida Artificial, donde afirma que «la condición tecnológica de las prácticas artísticas modifica el significado y la experiencia del visitante»

Javier Celaya va Más allá del marketing de museos en redes sociales y dice que «no basta con tener una estrategia de marketing 2.0 en Internet; hay que integrar a los usuarios en todos aquellos procesos de creación, participación y difusión donde el equipo directivo considere que aportan valor. Los gestores culturales del siglo XXI deben asumir que no van a poder, ni deben, controlar todos los procesos de la entidad que representan«.

Por último, hago mi aportación a esta revista hablando de los Museos españoles en la redes sociales y de cómo estas redes «han supuesto una revolución en el marco de la sociedad digital y se han convertido en el elemento vertebrador de Internet. A los museos se les ofrece una oportunidad, como nunca antes habían tenido, de establecer un diálogo constante y variado con todo tipo de público. Las redes sociales dan la oportunidad de acercar las instituciones a sus visitantes de manera diferente, permiten llegar a más gente que las campañas de difusión tradicionales y atraen nuevos sectores de público al museo. El potencial de las tecnologías de la información para los museos es inagotable y supone una nueva vía de trabajo muy fecunda y que puede aportar grandes resultados a la institución«.

El dossier completo de la Revolución de los Museos de Fundación Telefónica puede leerse en el siguiente enlace.

Conferencia TEDxLaRioja

Nuevas fronteras en la cultura, el reto de la innovación en los museos.

Códigos QR en la difusión del patrimonio cultural

Conferencia: Códigos QR como sistema de información y difusión del Patrimonio Cultural: el caso del Centro de Interpretación «El Centinela» de Montefrío.

El Centro de Interpretación “El Centinela” de Montefrío utiliza desde hace unos meses códigos QR como sistema de información complementario a la museografía tradicional. Los QR son códigos bidimensionales que se leen usando cualquier teléfono móvil con cámara de fotos. A través de los códigos los visitantes del centro pueden descargar información complementaria en formato de texto, imagen, audio o video, mientras realizan su recorrido por el lugar y su entorno.

En la conferencia se hablará de las posibilidades de los códigos QR para difundir el patrimonio cultural, ejemplificándose con el caso del centro de interpretación montefrieño, la forma en que han sido utilizados y los resultados obtenidos por su uso.

«El Centinela» de Montefrío es el primer centro de interpretación español que hace uso de estos códigos bidimensionales, que previamente han sido utilizados por museos como el Powerhouse de Sydney, el Museo Guggenheim de Venice, el Museo del Libro de Burgos o el MARQ de Alicante.

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